sábado, 5 de abril de 2008

Las acciones de la oposición (PSPV-PSOE)

En contestación al artículo del señor alcalde en El Periòdic d'Alboraya de març 2008, num 118.

Según el Alcalde de Alboraya, “este pueblo tiene una oposición que no se merece”, ya que los que tenemos la obligación de ejercer dicha oposición no queremos “desgastarnos las neuronas” haciendo propuestas.
Desde nuestro punto de vista, el problema está más bien en su lado, ya que en prácticamente todos los plenos el PSOE o los otros partidos de la oposición presentamos alguna moción que generalmente es aprobada. Pero tras ese gesto el PP deja el tema en el olvido.
Cuando se reclama el cumplimiento de los acuerdos, resulta que es la oposición, que no dispone de técnicos y funcionarios, ni de concejales liberados, la que debía preparar el calendario de reuniones y disponer todo lo necesario para llevar a cabo la propuesta.
Se supone que lo que aprueba el Pleno lo tiene que llevar a cabo el gobierno con los medios de que dispone y la colaboración de la oposición se ha de plasmar en sugerencias e ideas que mejoren esa acción de gobierno.
El señor alcalde parece que no quiere oír hablar de las molestias que produce la ejecución de sus proyectos y viene a decir que sin generar molestias nada puede llevarse a cabo. Pero esto no es cierto, señor alcalde, las cosas se pueden hacer de diferentes maneras y aunque “nunca llueve a gusto de todos”, se pueden minimizar los efectos adversos de las obras, por ejemplo, con una buena planificación y contando con la colaboración de los vecinos y las vecinas afectadas.
Del despacho del técnico hay que bajar al barrio y plantear los problemas, para eso están las asociaciones vecinales, de comerciantes, etc., para que se les consulte y se busque su colaboración ANTES de tomar las decisiones y no cuando ya se tiene todo “atado y bien atado”.
Los grupos de oposición, que carecemos de técnicos y despachos, intentamos movernos en los barrios, entre dichos vecinos y vecinas y pretendemos trasladar al equipo de gobierno las consecuencias reales de sus actuaciones sobre aquellos a quienes, en teoría, el gobierno sirve.
No se trata de no hacer nada, sino de hacerlo mejor y con la colaboración de los administrados, porque la democracia, señor alcalde, no se fundamenta en la posibilidad de depositar un voto cada cuatro años, sino en el derecho a participar de forma activa en las decisiones y acciones del gobierno de un pueblo.

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