Argumentos desafortunados, escasa sensibilidad

El Pasado pleno municipal la concejala Doña Carmen Peris se empeño en criticar la ayuda que el gobierno de Zapatero ha puesto a disposición de todos los ayuntamientos de España para la “Dinamización de la Economía y el Empleo” y que si hacemos las cosas bien, se puede convertir en un ingreso para nuestro Ayuntamiento de casi cuatro millones de euros para la rehabilitación de espacios públicos, infraestructuras o construcción o mejora de edificios o equipamientos sociales, entre otros, y de esta manera paliar en lo posible el paro en Alboraia dando más trabajo a nuestras empresas.
El caso es que para decir que NO, que 4.000.000 de euros es sólo “un parche”, utilizó el mismo argumento que usan Gonzalez Pons y Rita Barberá: “La ayuda del PSOE es como cuando vas al médico porque te has roto una pierna y en el hospital te dan una aspirina y te dicen que vuelvas dentro de quince días a ver si la cosa está mejor”.
Parece un ejemplo muy poco afortunado, se mire por donde se mire, ya que se les ha olvidado, a los tres, que la gestión de los hospitales públicos es competencia exclusiva del gobierno autonómico del PP, el Consell que preside Camps, y que precisamente es el que menos invierte por habitante en la Sanidad Pública.
La Comunidad Valenciana es la última en el ranking de inversión por habitante en Sanidad Pública para el 2009, seguida de Madrid, también gobernada por el PP, por supuesto.

La Comunidad Autónoma con más presupuesto per cápita para el 2009 es el País Vasco con 1.607,34€, seguida de Extremadura con 1.580,84€.
En último lugar está la Comunidad Valenciana con 1.158,63€, precedida de Madrid con 1.170,56€

La C. Valenciana es la última en gasto sanitario (Levante-emv. 24-12-2008)

Si tenemos en cuenta que la cantidad que se dedica en los presupuestos a la sanidad en las CCAA se considera el índice que mide la sensibilidad social de las distintas CCAA y evidencia la mayor o menor capacidad de las mismas para asegurar la atención sanitaria a los ciudadanos, poquita sensibilidad hay por aquí ¿verdad señora Peris?