sábado, 9 de noviembre de 2013

Alboraia, un pueblo con futuro

Alboraia es un pueblo agrícola en su tradición, que deriva su tejido productivo hacia los servicios, sobre todo por la influencia de la capital, y con un litoral amplio que ha padecido con intensidad la denostada “burbuja”.

Una gestión más prudente nos habría permitido capear la crisis sin demasiadas dificultades añadidas, pero los errores que hoy lastran nuestra Comunitat Valenciana, se cometieron también en Alboraia y lastran a su vez a nuestro pueblo por partida doble.  Eso no significa que las posibilidades no sigan estando donde siempre estuvieron, tanto en la Comunitat como en el pueblo. Pero hay que poner sentido común, objetivos claros y solidarios y orden en nuestras finanzas para  poder despegar hacia un futuro esperanzador para todos y todas.

El fin de las mayorías absolutas. Lo que diferencia unos gobiernos de otros es el diseño de ese futuro. Para el gobierno actual de Alboraia, en ese futuro debemos estar todos incluidos.
Otro factor a tener en cuenta es el fin de las mayorías absolutas, todo indica que de ahora en adelante quien quiera gobernar deberá hacerlo con acuerdos. Eso significa que gobierno y oposición tendrán que asumir muchas más responsabilidades frente a la ciudadanía.

Gobernar para todos significa también exigir a todos por igual los esfuerzos necesarios para salir de las dificultades. Particulares, empresas, bancos, asociaciones, funcionarios, políticos...a todos se nos exige contribuir según nuestras posibilidades, y todos exigimos recibir lo justo y necesario de la sociedad que hemos construido juntos.

En Alboraia hace dos años pusimos sobre la mesa todo aquello que la mayoría de grupos políticos advertíamos que debía abordarse para sacar el pueblo adelante, lo firmamos y empezamos a trabajar. Llegar a acuerdos desgasta, son inevitables las tensiones y hay que asumir responsabilidades y seguir el camino trazado con un mínimo de lealtad.

Es un reto muy exigente y cada partido llega hasta donde es capaz,  pero mi actual equipo de gobierno y yo como alcalde,  seguimos asumiendo nuestras responsabilidades convencidos de que estamos cumpliendo lo acordado: mantener los servicios, controlar los gastos al céntimo, optimizar recursos y personal, mientras asumimos toda “la herencia...”. Si mantenemos el esfuerzo en 2014, poco a poco, podremos ir rebajando la exigencia a los ciudadanos.


A Alboraia no le valen las trampas, las venganzas personales ni la demagogia. Lo importante ahora es sacar al pueblo adelante y no dejarse a nadie en el camino. Luchando juntos, Ayuntamiento y ciudadanos, y exigiéndonos todos por igual, nuestro futuro inmediato ya se torna esperanzador.

Publicado en Levante-EMV 9/11/2013

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