Se termina un año que ha sido difícil para todos. Como alcalde
he de decir que ha sido un desafío continuo. Hemos trabajado mucho y creo que
no lo hemos hecho mal.
No es fácil enfrentarse a un ayuntamiento que acumula deudas tan
abultadas (los aproximadamente 140 millones de euros que debemos y que acaba de
confirmar la sindicatura de cuentas son más de 23.000 millones de pesetas. Lo
vuelvo a comprobar con la calculadora porque la cifra parece irreal pero
desgraciadamente no lo es).
Ha habido que luchar con uñas y dientes para defender el
patrimonio de los Alboraienses y que los bancos no se quedasen con todo. Hemos
renegociado muchas deudas y en nuestro auxilio ha llegado también el plan de
pago a proveedores del gobierno central.
Pero esa ayuda también ha supuesto nuevas restricciones
presupuestarias y que el gobierno deje de ingresar en las arcas del Ayuntamiento
casi dos millones de euros cada año. Lo que implica que los servicios que el municipio
presta en la actualidad, se resentirán si no logramos encontrar nuevos
ingresos.
No se si lo he explicado bien. Las retenciones que el gobierno
hace de nuestros ingresos significa que en el 2013,..2020, 2025, 2030 estaremos
pagando las facturas de, por ejemplo, la “traca de las fiestas” , la recogida
de la basura, y otros muchísimos gastos de 2000, 2001, y siguientes hasta el
2011
En estos momentos pedir más a ciudadanos y empresas es muy
complicado porque todos ingresamos mucho menos, pero los impuestos son la forma
más equitativa que tenemos hoy por hoy para, entre todos, pagar los servicios
que necesitamos.
Por otra parte nos hemos esforzado en gastar lo menos posible en
todas las áreas municipales intentando reducir los gastos de la administración,
racionalizando todo lo posible, buscando proveedores mas económicos y al menos
igual de eficaces.
Nuestro primer objetivo se ha cumplido. Era dejar al descubierto
la verdadera situación económica del Ayuntamiento. Ahora una vez confirmada la
magnitud del desastre, hay que intentar gestionar esa enorme deuda de manera
que no paralice la vida del pueblo ni hipoteque en exceso nuestro futuro.
Esa es una tarea descomunal que hay que acometer, al tiempo que
incrementamos la atención ciudadana y evaluamos nuestros servicios para
hacerlos más eficaces. Creemos que esa atención ha mejorado, pero aún estamos
lejos de los niveles de calidad a los que aspiramos.
Contamos con un buen equipo humano que desea mejorar, a pesar de
la desincentivación que suponen los continuos recortes de sueldo y derechos que
están padeciendo.
En cuanto al equipo político, una vez aclarados la mayoría de
problemas con los que nos debemos enfrentar, es hora de dar más participación a
la oposición para que las soluciones que se aporten puedan ser asumidas por
todos los grupos, garantizando así su seguridad y eficacia, gobierne quien
gobierne en el futuro.
También es tiempo de abrirnos a la participación ciudadana y
compartir más intensamente con todos la búsqueda de soluciones. Es la mejor
manera de lograr, por parte de todos, una comprensión más exacta de las
dificultades a las que debemos enfrentarnos.
Seguramente nos hemos desgastado mucho como gobierno pero eso
era previsible dada la disparidad ideológica de la que partimos. Aún así estoy
convencido de que ha sido un año positivo para Alboraia.
De los partidos que conformamos la corporación depende ahora
cómo afrontaremos el 2013. El presupuesto actual lo hemos cumplido no sin
dificultades y el de 2013 será aún más exigente, pero contamos con la
experiencia adquirida y el refuerzo del equipo directivo de intervención y
secretaría. Sin duda hay que seguir adelante con prudencia y sentido común.
Espero responder con
eficacia a la debida exigencia de los vecinos y vecinas de Alboraia y mejorar
en todo lo posible mi acción de gobierno durante el próximo año.
Feliz Año 2013
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