Sin darnos cuenta ya ha pasado el primer mes de gobierno. Nada más aterrizar ha habido que hacer frente a las fiestas y a los problemas del inicio del verano, que no son pocos para un pueblo como Alboraia que tiene dos núcleos de playa.
Ha sido, y aún lo es, de vértigo pero el equipo ha aguantado el tirón y el ayuntamiento también. Todo el mundo entiende que hay que reajustar el mecanismo, que nos hemos de acoplar nosotros a la institución y la institución a nosotros.
Las maneras de hacer y de decir son otras, los enfoques diametralmente opuestos a los de antes y la voluntad de resolución infinita por parte de todos y todas.
Se habla constantemente en los medios de la falta de voluntad política cuando los problemas se enquistan, pienso que, tal vez, es también la inercia la que lleva a que todo intente permanecer como está, aunque a nadie beneficie. Los cambios drásticos permiten “remover” esas viejas inercias.
A veces produce cierta inseguridad en quienes deben asumir dichos cambios, pero con flexibilidad y buen humor, además de voluntad política no sólo por parte de los políticos, se acaban desatascando los viejos problemas y se nos permite ir abriendo nuevos caminos.
Este equipo es optimista y posee, en mi opinión, lo más importante: voluntad y capacidad de escucha, mucha ilusión y unas ideas bastante claras, pero sin rigideces paralizantes. Con la necesaria ayuda y mucho diálogo, lograremos acumular más aciertos que errores para beneficio de Alboraia.
Contamos con todos ustedes para conseguirlo.
0 comentarios:
Publicar un comentario