Comienza un
nuevo año y dejamos atrás el 2013 con la esperanza de que esta vez sí logremos
iniciar nuestra recuperación.
Desespera ver
que el gobierno mantiene su empeño en el recorte, sobre todo de derechos, lo que
nos sigue llenando de inquietud. El
dinero va y viene, pero construir una organización social justa y solidaria
cuesta mucho esfuerzo, y destruirla no cuesta nada. En estos dos años hemos
visto cómo se esfumaban o se mermaban derechos que hasta ahora creíamos
irrenunciables.
En la gestión
municipal, con la excusa de abusos o ligerezas pasadas, se nos imponen hoy
restricciones de consecuencias insospechadas y en un momento delicado para
muchas familias. Me pregunto de qué nos sirve dotarnos de estos sistemas de
organización social si en los malos momentos no son capaces de protegernos y
ayudarnos a resistir.
La desconfianza
en las instituciones se afianza. Los legisladores parecen olvidar que aquellas existen
porque los ciudadanos las hemos creado. Están al servicio de la sociedad y no
al revés. Lo mismo ocurre con cualquier organización o sistema, si no sirve a
las personas, en plural, ¿qué sentido tienen?
Como alcalde no
puedo conformarme. Por eso este año 2013 desde el gobierno municipal, nos hemos
dedicado a intentar dotar de sentido a esta organización que nos hemos dado
entre todos los alborayenses. El
Ayuntamiento debe servir a todos y todas. No a un partido ni a una persona,
no a mis intereses personales, no a mis objetivos particulares, ni a los
intereses de los grupos más influyentes,
sino a todos y todas. Hemos intentado priorizar lo más urgente (cosa
nada fácil de decidir) y elegir lo más beneficioso para la comunidad, aunque
incomode o posponga las demandas de quienes acostumbran a ponerse siempre por
delante.
Algunos han
abandonado porque esa filosofía de trabajo no es la que les conviene. Otros
dudan en comprometerse demasiado en cosas de las que no han de sacar un
beneficio político claro o que tal vez puedan empañar su imagen.
Nuestras
propuestas intentan responder al necesario equilibrio económico, pero poniendo
la maquinaria al servicio de cada uno de los habitantes de este pueblo y
buscando una solución lo más apropiada y justa posible a cada problema general
o particular. Seguro que cometemos equivocaciones. Muchas o pocas, lo deben
juzgar ustedes, pero a quienes nos advierten de nuestros errores y a quienes
nos ayudan a superarlos, mi más sincero agradecimiento.
Para el 2014
solo tengo una certeza, que entre todos
saldremos adelante, pero hay que lograrlo sin dejar atrás a nadie y ese ha
de ser nuestro empeño.
Feliz Año Nuevo
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